La adolescencia es esencialmente una época de cambios.
Es la etapa que marca el proceso de transformación del niño en adulto, teniendo
características específicas.
Es un periodo en el desarrollo biológico, psicológico,
sexual y social inmediatamente posterior a la niñez y que comienza con la
pubertad. Su rango de duración varía según las diferentes fuentes y opiniones
médicas, científicas y psicológicas, no teniendo límites temporales fijos, pero
generalmente se enmarca su inicio entre los 10 a 12 años, y su finalización a
los 19 o 20. Sin embargo no podemos equiparar a un niño de 13 con uno de 18
años; por ello hablaremos de “adolescencia temprana” entre los 11-14 años
(que coincide con la pubertad), y luego de un segundo periodo de “juventud”
o “adolescencia tardía” entre los 15-20 años; su prolongación hasta llegar a la adultez,
dependerá de factores sociales, culturales, ambientales, así como de la
adaptación personal.
Adolescencia Temprana
En la adolescencia temprana, el individuo continúa la
búsqueda de independencia pero con nuevo vigor y en nuevas áreas. Desea más
privilegios y libertades, como también, menos supervisión adulta. Se preocupa
principalmente de su "status" con sus pares inmediatos, quiere
parecerse a los otros por la sensación de encontrarse fuera de lugar con
respecto a ellos.
Sus diferencias individuales son más marcadas, pero su
calidad de individuo único todavía no es completamente entendida ni aceptada.
Adolescencia Tardía
El adolescente mayor comparte muchas de las
preocupaciones del adolescente temprano, pero además tiene el problema de
hacerse un lugar en la sociedad adulta, siente la obligación de encontrar una
identidad propia. En resumen, se puede afirmar que el joven adolescente se
preocupa de quién y qué es, y el adolescente mayor, de qué hacer con
eso.
Época de Inmadurez en busca de la Madurez
El
ingreso en el mundo adulto exige una serie de cambios, de maduraciones en todos
los niveles del ser que desembocan en actitudes y comportamientos de
madurez. Este cambio pone de manifiesto
que el verdadero sentido de la etapa adolescente es la maduración de la
autonomía personal. El adolescente
en medio de su desorientación y conflictos persigue tres objetivos íntimamente
relacionados entre sí:
·
Conquista
de madurez entendida como personalidad responsable.
·
Logro
de la independencia.
·
Realización
de la cualidad de tener una existencia independiente, de ser, en definitiva,
persona.
Al comparar las actitudes o el comportamiento del
adolescente con el “niño bueno” o el adulto responsable, se puede tener una
falsa impresión de retroceso, ya que el adolescente es menos ordenado, menos
sociable, menos dócil y menos respetuoso que antes; pero eso no significa que
sea menos maduro o menos responsable.
Ahora el adolescente necesita obrar por convicciones personales lo que
le conduce a replantearse su comportamiento anterior. Ha elegido un campo de juego más difícil que
antes, y esto produce que se obtengan peores resultados, sin embargo estos
resultados no son signos de retroceso, sino de crecimiento, de madurez propia
de la adolescencia. Por tanto sería un
error creer que la madurez llega de pronto al final de la adolescencia.
La finalización de la adolescencia, generalmente se
enmarca, por el logro de las siguientes adquisiciones:
·
Establecimiento
de una identidad sexual y posibilidades de mantener relaciones afectivas
estables.
·
Capacidad
de establecer compromisos profesionales y mantenerse (independencia económica).
·
Adquisición
de un sistema de valores personales (moral propia).
·
Relación
de reciprocidad con la generación precedente (sobre todo con los padres).
Desarrollo Afectivo del Adolescente
La Identidad Personal
La
adolescencia es un momento de búsqueda y consecución de la identidad
personal. Esta identidad es de
naturaleza psicosocial y contiene importantes ingredientes de naturaleza cognitiva. El adolescente se juzga a sí mismo de la
misma forma de cómo es percibido por los otros, y se compara con ellos. Estos juicios pueden ser conscientes o
inconscientes, con inevitables connotaciones afectivas, que dan lugar a una
conciencia de identidad exaltada o dolorosa, pero nunca afectivamente neutra.
El autoconcepto
es el elemento central de la identidad personal, pero integra en sí mismo
elementos corporales, psíquicos, sociales y morales.
Los
cambios fisiológicos obligan a revisar y rehacer la imagen del propio
cuerpo. La preocupación por el propio
físico pasa a primer plano. Pero no sólo
la imagen del propio físico, sino la representación de sí mismo pasa a
constituir un tema fundamental. El
adolescente tiene una enorme necesidad de reconocimiento por parte de los
otros, necesita ser reconocida y aceptada su identidad por las personas
(adultos, compañeros) que son significativas para él. Es este reconocimiento y aceptación lo que
asegura un concepto positivo de sí mismo.
El Desarrollo Social del Adolescente
En la adolescencia los espacios donde son posibles las
interacciones sociales se expanden, mientras que se debilita la referencia
familiar. La emancipación respecto a la
familia no se produce por igual en todos los adolescentes; la vivencia de esta situación va a depender
mucho de las prácticas imperantes en la familia. Junto a los deseos de independencia, el
adolescente sigue con una enorme demanda de afecto y cariño por parte de sus
padres, y estos a su vez continúan ejerciendo una influencia notable sobre sus
hijos.
Paralelamente a la emancipación de la familia el adolescente establece lazos más estrechos
con el grupo de compañeros. Estos lazos
suelen tener un curso típico: En primer lugar, se relacionan con pares del
mismo sexo, luego se van fusionando con el sexo contrario, para, de esta manera
ir consolidando las relaciones de pareja.
Por lo
general el adolescente observa el criterio de los padres en materias que atañan
a su futuro, mientras que sigue más el consejo de sus compañeros en opciones de
presente.
Cambios psicológicos durante la adolescencia
Los cambios psicológicos que se producen durante la
adolescencia, son producto de todos los factores vistos recientemente; estos se
resumen en:
·
Invencibilidad: el adolescente explora los límites de su entorno,
tanto de su propio físico, como de sus posibilidades. Ello trae como
consecuencia el gusto por el riesgo.
·
Egocentrismo: el adolescente se siente el centro de atención
porque se está descubriendo a sí mismo, y para él, no hay nada más importante
en ese momento.
·
Audiencia
imaginaria: el adolescente,
nervioso por los cambios que está viviendo, se siente observado constantemente,
parece como si todo el mundo estuviera siempre pendiente de él. Es entonces
cuando aparece la sensación de vulnerabilidad y el miedo al ridículo.
·
Iniciación
del pensamiento formal:
durante esta época, el adolescente comienza a hacer teorías y dispone de toda
una serie de argumentos y análisis que pueden justificar sus opiniones. Muchas
veces, estos argumentos son contradictorios, lo cual no importa mucho al
adolescente. Ha descubierto su capacidad de razonar, y la ejercita siempre que
puede.
·
Ampliación
del mundo: el mundo no se
acaba en las paredes del domicilio familiar, por lo que comienzan a surgir sus
propios intereses.
·
Apoyo
en el grupo: el
adolescente se siente confundido y adquiere confianza con sus iguales. El apoyo
que logra en el grupo es importante para seguir creciendo, puesto que les une
el compartir actividades.
·
Redefinición
de la imagen corporal,
relacionada a la pérdida del cuerpo infantil y la consiguiente adquisición del
cuerpo adulto.
·
Culminación
del proceso de separación / individualización y sustitución del vínculo de dependencia simbiótica
con los padres de la infancia por relaciones de autonomía plena.
·
Elaboración
de los duelos referentes a la pérdida de la condición infantil: el duelo por el cuerpo infantil perdido, el duelo
por el rol y la identidad infantil (renuncia a la dependencia y aceptación de
nuevas responsabilidades) y el duelo por los padres de la infancia (pérdida de
la protección que éstos significan).
·
Elaboración
de una escala de valores o códigos de ética propios.
·
Búsqueda
de pautas de identificación en el grupo de pares.
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